La nueva bomba B61-13, de la que adelantó detalles el Pentágono la semana pesada, “es una irresponsable escalada en la nueva carrera de armamento”, señaló en un comunicado la directora ejecutiva de ICAN, Melissa Parke.
“Anunciar estos planes en medio de conflictos en Europa y Oriente Medio en los que participan países con armas nucleares (Rusia e Israel) es un acto arrogante frente a los esfuerzos por que estas armas de destrucción masiva no se vuelvan a utilizar”, agregó.
En la nota oficial, la organización premiada con el Nobel de la Paz en 2017 detalló que la nueva bomba que desarrollará el Ejército de Estados Unidos -si obtiene el permiso necesario del Congreso- tendrá una potencia de 360 kilotones, frente a los 16 que tenía la que lanzó sobre Japon hace 78 años y que causó 140.000 muertos en Hiroshima en 1945.
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