En las últimas semanas resurgieron las tensiones en la región, en parte motivada por la inminente salida de las tropas de mantenimiento de paz de la ONU de Malí. La CMA, una alianza dominada por los tuaregs que busca más autonomía o la independencia en la región de Azawad, pidió a los habitantes “ir al campo de batalla para contribuir al esfuerzo bélico”.
El ejército protagonizó dos golpes de Estado reciente, uno en agosto de 2020 y otro en mayo de 2021.
Desde entonces resurgió la violencia y pende de un hilo el acuerdo de paz firmado en 2015 con los rebeldes de Azawad, que luchaban contra el poder central desde 2012. A finales de agosto, la Junta pidió reanudar el diálogo con los grupos armados del norte entre temores de nuevos combates con la retirada de la misión de la ONU prevista el 31 de diciembre.
Además de los movimientos independentistas, la junta se enfrenta a una insurgencia yihadista que se ha extendido a Burkina Faso y Níger, escenario también de recientes golpes militares.
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