En la más reciente actualización de sus Perspectivas de la Economía Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima un futuro poco halagüeño para la economía planetaria, con pronósticos de crecimiento en torno al 3 por ciento entre 2024 y 2028, y un 2,8 por ciento para 2023, una proyección que es “la más baja en décadas”. La entidad calificó las perspectivas de “anémicas”.
Si se da por hecho que “las recientes tensiones del sector financiero están contenidas”, el crecimiento caerá del 3,4 por ciento en 2022 al 2,8 por ciento en 2023, antes de subir lentamente y establecerse en 3 por ciento durante cinco años: “el pronóstico a mediano plazo más bajo en décadas”, afirma el FMI.
“La perspectiva anémica” es un reflejo de la subida de las tasas de interés y las “políticas estrictas necesarias para reducir la inflación”, señala el organismo.
Además, el reciente deterioro de las condiciones financieras, la guerra en curso en Ucrania y “la fragmentación del crecimiento geoeconómico”, explica el informe, son también responsables de este escenario, que golpea principalmente a las “economías más vulnerables del sur global” que “se han beneficiado mucho de la globalización y el régimen comercial que ha prosperado en las últimas décadas”.
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