Un récord de 630.000 personas salió a las calles de las principales ciudades de Israel para protestar contra la polémica reforma judicial, en el duodécimo sábado consecutivo de manifestaciones, el mismo día que el ministro de Defensa, Yoav Gallant, pidió públicamente paralizar esa legislación, el primer miembro del gobierno en hacerlo.
La manifestación central en Tel Aviv congregó a unas 300.000 personas; en Haifa se manifestaron 65.000 personas, 22.000 en Jerusalén y 20.000 en Beersheva; mientras que hubo protestas en más de 120 puntos diferentes del país, según los datos del Movimiento Paraguas de Resistencia contra la Dictadura en Israel, que aglutina a varios grupos civiles convocantes.
La reforma presentada por el gobierno de Benjamin Netanyahu, uno de los más derechistas de la historia del país, busca incrementar el poder de los parlamentarios sobre el de los magistrados, lo que, según sus detractores, pone en peligro el carácter democrático del Estado. La iniciativa legal divide fuertemente al país.
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