El gobierno de Sierra Leona decretó toque de queda después de informar que unos individuos fueron repelidos cuando intentaron asaltar una armería militar en la capital Freetown. “La situación de seguridad en Freetown está bajo el control firme del gobierno, los atacantes se baten en retirada”, declaró el ministro de Información, Chernor Bah.
En la capital hay numerosos puestos de control de las fuerzas de seguridad, erigidos tras los confusos incidentes ocurridos a primera hora de esta jornada. “Estamos recogiendo los datos sobre el número de arrestos y de muertos o heridos”, dijo el ministro, que añadió que los autores del ataque serán “procesados con todo el peso de la ley”.
Freetown se despertó el domingo con el ruido de explosiones y disparos en el barrio de Wilberforce, donde se sitúa la armería del cuartel del mismo nombre, uno de los principales del país. El gobierno indicó que unos individuos intentaron asaltar la armería, pero no entregó detalles sobre los presuntos autores del ataque ni sus objetivos.
Además, varias prisiones de la capital también fueron atacadas. El Gobierno confirmó que “los principales centros de detención, incluida la prisión de la Carretera de Pademba, fueron atacados y, en aras de proteger las vidas de los civiles (incluidas las de los prisioneros), las fuerzas de seguridad se vieron obligadas a realizar una retirada táctica”. “Las prisiones fueron así invadidas. Algunos prisioneros fueron secuestrados por los agresores, mientras que muchos otros fueron liberados”, explicó la nota oficial.
“Recomendamos encarecidamente a los ciudadanos que permanezcan en sus casas”, agregó Bah en un comunicado, mientras que el presidente de Sierra Leona, Julius Maada Bio, prometió defender la paz y la democracia del país y aseguró que “se ha restablecido la calma”. Sin embargo, poco más tarde las autoridades admitieron, en un nuevo comunicado, que las fuerzas de seguridad seguían combatiendo en las afueras de la capital con los asaltantes.
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