El presidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, pidió en la Asamblea General de la ONU “voluntad política” para reducir las desigualdades y “diálogo” para resolver el conflicto de Ucrania.
“El hambre debe ser un tema central”, declaró, citando que “735 millones de seres humanos van a dormir esta noche sin saber si van a comer mañana”, en un “mundo cada vez más desigual” y en el que “el destino que cada niño que nace este planeta parece trazado en el vientre su madre”, por dónde nace y por “su clase social”.
Lula da Silva alertó también contra los “aventureros de la ultraderecha”, que promueven el racismo y el odio en un mundo con cada vez más desigualdades en el que la xenofobia, el racismo y el odio se expanden a través de las nuevas tecnologías. “En la desigualdad está en la raíz de estos fenómenos” y sirve de caldo de cultivo para los extremismos.
Lula dijo que el combate frente al cambio climático exige una actuación más firme de los países ricos, que “son los más que contaminan” y los que “no cumplen” sus compromisos.
“Actuar contra el cambio climático también implica ayudar a los más pobres”, sostuvo Lula, quien urgió a la ONU a asumir que los países más desarrollados y los más pobres “tienen responsabilidades comunes, pero diferenciadas”, frente la crisis climática, y alertó de que estamos lejos de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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