El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) declaró ilegal la reforma judicial del 2019 en Polonia que dio lugar a una Sala Disciplinaria para los magistrados del Tribunal Supremo de ese país y que, aunque desde entonces ha sido modificada, sigue causando preocupación en Bruselas por los riesgos para la independencia de la judicatura.
“La mera perspectiva de que los jueces que tienen competencia para aplicar el Derecho de la Unión corran el riesgo de que dicho órgano pueda pronunciarse sobre cuestiones relativas a su estatuto y al ejercicio de sus funciones (…) puede afectar a su independencia”, dijo el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en un comunicado.
Varsovia acumulaba hasta hoy 555,5 millones de euros en multas por no aplicar cautelarmente una paralización de la actividad de esta sala del Tribunal Supremo, que inicialmente permitía que los jueces estuviesen sujetos a investigaciones disciplinarias, procedimientos y sanciones en función del contenido de sus decisiones judiciales, incluido el ejercicio de su derecho a plantear cuestiones prejudiciales al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
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