Xi Jinping, por su parte, celebró las “estrechas relaciones” entre ambos países y su “cooperación estratégica global”, según la traducción oficial en ruso de sus declaraciones. China está “dispuesta a mantenerse firmemente al lado de Rusia” en aras de un “verdadero multilateralismo” y de una “multipolaridad en el mundo”, agregó.
Para Pekín y Moscú se trata sobre todo de mostrar la fuerza de su relación, en momentos en que los dos países enfrentan tensiones con las potencias occidentales.
Para Vladimir Putin, cada vez más aislado a nivel internacional, la visita de Xi es especialmente importante, máxime cuando la Corte Penal Internacional (CPI) emitió la semana pasada una orden de arresto en su contra por “crímenes de guerra” en Ucrania.
Tras haber participado en la reciente reconciliación diplomática entre Arabia Saudita e Irán, Pekín quiere posicionarse como mediador en Ucrania.
Putin aplaudió, en un texto publicado este lunes en un diario chino, “la voluntad de China de tener un papel constructivo en la resolución” del conflicto y estimó que “las relaciones ruso-chinas alcanzaron su punto álgido”
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